El virus de la cultura viva comunitaria
El jueves pasado (20 de marzo), unas 35 personas nos juntamos en Wikitoki para conversar con Felix Manito de la Fundación Kreanta, sobre ciudad, ciudadanía y cultura, alrededor de ese resbaladizo término que es ‘ciudades creativas’.
Felix nos hizo una breve introducción al trabajo que están haciendo desde Kreanta (que significa ‘creando’ en esperanto). Situó su ámbito de actuación en el triángulo cultura / educación / ciudad; mirando, aprendiendo, intercambiando cada vez más con América Latina; contribuyendo al desarrollo de lo que tiene que ver con la idea de ‘culturas vivas comunitarias’ (si este concepto te resulta sugerente y entre tus planes entre el 11 y el 13 de abril puede estar el cruzar el Atlántico hasta Costa Rica, aun estás a tiempo de acudir al VI Congreso Iberoamericano de Cultura).
¿Sobre qué estuvimos hablando?
–
Sobre la actitud proactiva, de ‘rebusque’, de hacer de la necesidad virtud, de tomar la iniciativa más allá del estado de queja, sacando nuestro lado más optimista (para algun*s ese es ya el primer ‘rebusque’); sin dejarnos mediatizar por la idea de seguridad y tratar de superar el miedo a la incertidumbre (sin caer en miradas ingenuas y simplistas, siendo conscientes que detrás de la inseguridad y la incertidumbre, se esconden la desigualdad y la injusticia, la máxima precariedad y las mínimas coberturas).
Sobre buscar-construir alianzas cooperativas entre pares-complementarios, sin permanecer a la espera de otros supuestos agentes relevantes, que nunca terminan de estar y con los que generamos dependencias. Desterrar la autosuficiencia, los prejuicios, la lógica competitiva, los intereses ocultos; superar miedos, barreras mentales, inercias. Sumar y que los aprendizajes multidireccionales ocurran. Ser antenas, nodos, conectoras, puentes, bisagras, espacios intermedios. Experimentar formas de cooperar que no nos hagan perder la autonomía. Imaginar una nueva ex-institucionalidad que no se apropie, instrumentalice, neutralice aquello que necesita y dice querer apoyar.
Sobre poner el acento, el foco, en la ciudadanía (no darlo por hecho e ir de la retórica a la acción). Apoyar la cultura emergente, viva, auto-organizada, en las plazas, en las escuelas, en los bares, en la calle… Recuperar la idea política del espacio público. Ser conscientes de que el mejor blindaje para preservar cualquier iniciativa es su apropiación por parte de la ciudadanía.
Sobre la ciudad como lugar para habitar un futuro posible, a la par que como residuo tóxico de la modernidad y la Revolución Industrial; como ente hegemónico recentralizador, que acapara y formatea, que urbaniza espacios y mentes. La ciudad como espacio del que necesitamos salir, para airearnos; para pensar en territorios, pueblos, barrios, comunidades, extraradios varios, pequeños núcleos; que transmiten ciertas actitudes, valores, identidades; otras ganas, necesidades, predisposiciones; menos burocracia, más cercanía, menos cansancio existencial, más energía vital.
Sobre promover la abundancia de talento, arte y creatividad, de culturas vivas e interconectadas, como los Pontos de Cultura que experimentaron en Brasil, que se están extendiendo por toda América Latina y que bien podrían ser un virus que se propagase para infectar nuestras ciudades creativas.