La ciudad diseñada por los niños y las niñas

Construir cosas es algo inherente al ser humano. De pequeñas, todas hemos jugado a crear fuertes y castillos utilizando cajas de cartón, ruedas abandonadas y mucha imaginación. Pero, con el tiempo, esas habilidades se abandonan y se asienta la idea de que construir nuestro entorno es algo reservado solo a personas expertas, urbanistas y arquitectos, a pesar de que el diseño del espacio público condiciona muchos aspectos de nuestra vida diaria.

Aún así, el urbanismo entendido de forma participativa es una herramienta pedagógica muy potente para los niños y niñas, que, además, funciona en dos direcciones. Por un lado, permite al alumnado entender el espacio público que les rodea, desarrollar una visión crítica y ver que ellos y ellas también tienen algo que decir en su diseño. Por otro, es una forma de crear ciudad mucho más inclusiva y capaz de responder a las necesidades diversas de sus habitantes.

En Wikitoki cohabitan varios proyectos que trabajan en urbanismo participativo e infancia, desde diferentes perspectivas: con talleres en escuelas para pensar cómo quieren que sea su ciudad, procesos de codiseño de espacios públicos y consejos infantiles municipales. Estas iniciativas tienen mucho que ver con la idea de Francesco Tonucci y La ciudad de los niños y las niñas, según la cual, las ciudades pensadas desde el punto de vista de los niños y niñas son ciudades que responden a las necesidades de todas las personas.

Rompiendo con las formas establecidas de entender la ciudad

Durante los meses de marzo y abril, el estudio de arquitectura, diseño y urbanismo cAnicca ha realizado talleres de urbanismo e infancia en tres escuelas públicas de Otxarkoaga y Txurdinaga, en Bilbao. Las sesiones, con los niños y niñas de entre 8 y 10 años, se basan en un proceso sencillo de pensar / prototipar / compartir. Primero aprenden conceptos básicos ligados al urbanismo y la participación, para luego construir maquetas de cómo les gustaría que fuese su barrio, consensuando las necesidades en grupo. Finalmente, los resultados se exponen en espacios públicos del barrio o en el propio colegio.

“Quienes trabajamos en estos entornos tenemos muy interiorizado que el urbanismo no responde a las necesidades diversas de las personas, pero es una visión crítica que tienes que desarrollar”, explica Carlos Muñoz de cAnicca, “cuando los niños y niñas entienden que el espacio público debe ser para todas las personas, ellos mismos se dan cuenta de que la solución es preguntar”.

Una mirada inclusiva que abarca a todas las personas

La arquitectura y el urbanismo influyen en cómo vivimos y nos movemos, en nuestras economías familiares y en nuestros cuerpos, así que es importante acercarlo a la ciudadanía para que entienda sus implicaciones”, explica Maria Arana de Urbanbat. Este estudio de urbanismo e innovación social empezó a realizar talleres de arquitectura e infancia en 2009, y de ahí surgió su proyecto Arkitente. La iniciativa se inspira en el Proxecto Terra de Galicia, y consiste en el desarrollo de metodologías para trabajar la pedagogía urbana en las escuelas.

A lo largo de varios años, han realizado talleres en diferentes colegios, utilizando la ciudad como espacio de aprendizaje y exploración y también como herramienta para fomentar conceptos de participación ciudadana. Entre sus proyectos, se incluye también el proceso de codiseño de una zona de juegos en la plaza Maestro Mateo de Portugalete. A través del taller, los niños y niñas participantes diseñaron cómo debía ser ese espacio y sus decisiones se plasmaron en la plaza.

“Sus propuestas hacían referencia a espacios muy inclusivos e intergeneracionales, teniendo en cuenta también las necesidades de las personas mayores, de niños y niñas de otras edades…” explica Maria, “además, cuando ven que sus ideas son escuchadas y se trasladan al espacio de verdad, la vinculación con esos lugares aumenta muchísimo”.

Actualmente, el estudio Urbanbat está inmerso en la preparación de su festival de urbanismo e innovación social, que este año tiene por título Las Ciudades y los Cuidados. Si bien el encuentro tiene como enfoque la perspectiva de género y los usos no productivos de la ciudad, se trata también de incluir otras miradas en la construcción del espacio público más allá de la visión estandarizada.

El patio como espacio de transformación

“En los patios escolares de la mayoría de las escuelas hay una desigualdad en el uso de los espacios muy vinculada al género y que es fuente de conflictos”, explica Maddi Texeiro de Tipi, “es una organización estandarizada que en muchos casos ni responde al propio proyecto de la escuela”.

La cooperativa tiene en marcha el proyecto Elkartoki, que consiste en activar procesos participativos en las escuelas a través de la transformación de sus patios de juego. La iniciativa se basa en cuatro pilares: la perspectiva de género, la experimentación, la corresponsabilidad y la participación, donde se incluye a todo el colectivo escolar, aunque el alumnado es el protagonista.

El proyecto cuenta con una fase de diagnóstico y propuestas, donde se incluyen prácticas artísticas para que el alumnado se acerque al lugar de otra manera. Tras consensuar los diseños, los niños y niñas intervienen en el espacio. “Cuando ven que va en serio y que sus propuestas tienen un impacto real, se crea un momento muy potente”, explica Maddi Texeiro. Durante todo el proceso se realizan dinámicas de reflexión crítica en el uso del espacio y la participación, “al final, la transformación del patio es una excusa para trabajar unos valores que son tan importantes como la intervención en sí”.

Ahora, el equipo de Tipi está elaborando un manual de aprendizajes sobre Elkartoki, que funcionará como un código fuente para cualquier escuela que quiera llevar a cabo un proceso de este tipo.

Pequeñas personas expertas en su ciudad

Tipi también está coordinando el Consejo de la Infancia de Arrasate, Gipuzkoa. Este iniciativa forma parte de la Red Vasca Haurren Hiria, y nace de La ciudad de los niños y las niñas de Francesco Tonucci. Consiste en un órgano consultor de alcaldía formado por niños y niñas de Primaria, un grupo diverso con representantes de todas las escuelas.

El consejo se junta una vez al mes para desarrollar proyectos propios y responder a consultas de los técnicos del ayuntamiento, y sus propuestas deben ser respondidas por la alcaldía. Desde que se inició, hace 3 años, han realizado propuestas de intervención para dos parques de la ciudad y para el proyecto de deporte en la calle impulsado por el consistorio.

“Es interesante que puedan ver cómo funciona el ayuntamiento, pero también que quienes trabajan en el ayuntamiento lo vean como un órgano muy útil del que pueden aprender un montón”, explica Maddi Texeiro.

Laura Fernández

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